Biografía
Los testigos de Jehová que viven en Irkutsk han sido perseguidos por su confesión pacífica de religión desde la época de la Operación "Norte". Parecía que estas vergonzosas páginas de la historia estaban en el pasado, ya que los creyentes fueron rehabilitados. Sin embargo, en octubre de 2021, Aleksey Solnechny y otros seis testigos de Jehová se convirtieron en nuevas víctimas de persecución religiosa.
Aleksey nació en 1976 en la ciudad de Abakan (Territorio de Krasnoyarsk). Su madre y sus dos hermanas menores comparten sus puntos de vista sobre la vida. De niño, a Aleksey le gustaba tocar la guitarra, dibujar, quemar leña y leer libros. Egresado de la escuela técnica vocacional.
Aleksey trabajó en varios campos: carpintero en una escuela, operador de gasolinera. Ahora se dedica a la instalación eléctrica. En su tiempo libre, le gusta leer libros y escribir poesía.
Aleksey reflexionó sobre la evidencia de la existencia del Creador. Al regresar del ejército, se dedicó a estudiar a fondo la Biblia. En aquel tiempo, su madre ya hablaba de la Biblia con los testigos de Jehová. Aunque al principio Aleksey se mostró escéptico, con el tiempo, después de examinar las profecías de las Sagradas Escrituras, decidió vivir de acuerdo con los principios bíblicos.
Desde su infancia, Aleksey vivió en la región de Irkutsk, principalmente en los pueblos. Después de casarse en 2011, él y su esposa, Alyona, se mudaron a la aldea de Ust-Ordynsky (región autónoma de Buriato).
A Alyona le encanta la naturaleza y los animales. A los cónyuges les gusta pasar tiempo juntos, especialmente al aire libre: hacer picnics con sus familiares alrededor del fuego, cantar canciones, comunicarse. Alyona trabaja con niños. Aunque requiere mucho esfuerzo y tiempo, le encanta hacer las tareas domésticas, especialmente cocinar y hornear. La familia tiene un sueño común: viajar por todo el mundo.
El enjuiciamiento penal por su fe trajo consigo muchos problemas: separó a Aleksey de su esposa y su familia, lo privó de su trabajo y, con ella, la capacidad de mantener a su familia, socavó la reputación de Aleksey como un ciudadano respetuoso de la ley. Después de las búsquedas, a Alyona le resulta difícil volver en sí. Experimenta tensión, la ansiedad es causada por cualquier golpe inesperado en la puerta. Alyona comparte: "Es emocionalmente muy difícil estar a distancia de su esposo. Lo extraño mucho, lo extraño mucho. Casi todas las noches me estremezco al pensar que todo volverá a suceder".
Sus empleados dicen que es inaceptable iniciar un caso penal únicamente sobre la base de la afiliación religiosa.
Las personas cercanas a Aleksey, así como sus conocidos, que no son testigos de Jehová, tampoco entienden la razón del trato injusto que reciben los creyentes. En su opinión, Aleksey y extremismo son conceptos absolutamente incompatibles.