Biografía
La familia de Ivan Shulyuk, oriundo de un pequeño pueblo de Siberia, se ha enfrentado a la represión por su fe durante varias generaciones. En la década de 1940, su abuelo fue encarcelado por negarse a tomar las armas. Nunca más regresó de allí. La abuela de Iván fue exiliada a Siberia en 1951 solo por su fe en Dios Jehová. Ahora, en la Rusia moderna, su nieto tiene que demostrar que es un cristiano pacífico, no un extremista.
Ivan Shulyuk nació en septiembre de 1976 en Nazarovo (región de Krasnoyarsk), donde vivió toda su vida. Tiene dos hermanos mayores. Sus padres ya no viven. Desde niño, Vanya era móvil y curioso: pescaba, le gustaban los equipos de radio, leía revistas de viajes, iba a esquiar, le gustaba correr y jugar al hockey.
Después de la escuela, Ivan se graduó de la Escuela Técnica de Ingeniería Eléctrica Nazarov. Formado como mecánico de transporte, construcción, maquinaria y equipos viales, trabajó durante más de 20 años como cerrajero para edificios de apartamentos. Por su trabajo, recibió cartas de agradecimiento y certificados.
Incluso en su juventud, Iván se convenció de la autenticidad de las profecías bíblicas y a los 18 años tomó conscientemente el camino cristiano. Se dio cuenta de que el verdadero gozo en la vida le lleva a servir a Dios.
En 2002, Iván se casó con Julia, una profesora de alemán en una escuela primaria que compartía sus creencias religiosas. Ahora Julia es ama de casa. Le encanta tocar el piano, aprender idiomas extranjeros, leer literatura científica popular, hacer ejercicios físicos y cultivar flores. Iván, en su tiempo libre, es aficionado a la tradición local y a la numismática. También le gusta salir al aire libre, recoger setas y pescar. Los cónyuges están felices de viajar y pasar tiempo con amigos.
En junio de 2020, se violó el modo de vida habitual de la familia Shulyuk: su apartamento fue invadido por un destacamento armado de agentes de las fuerzas del orden. Cuando Iván fue detenido y puesto en el centro de detención preventiva durante un mes, Julia estaba muy preocupada por él, lo que afectó seriamente su condición física y emocional.
Los familiares de los cónyuges, sus vecinos y conocidos, incluidos aquellos que no comparten sus puntos de vista religiosos, estaban conmocionados por lo que había sucedido. El estrés socava la ya precaria salud de su madre y su abuela Julia. Sus allegados esperan que Iván sea absuelto de todos los cargos y que se le restaure su buen nombre.