Biografía
El 29 de abril de 2020, en el punto álgido de la pandemia, agentes del FSB junto con representantes de los cosacos locales irrumpieron en las casas de civiles en dos aldeas del territorio de Krasnodar, realizaron registros e interrogatorios. Las fuerzas de seguridad sospechaban que Lyudmila Shchekoldina, de la aldea de Pavlovskaya, era una "adherente a una organización prohibida". Se abrió un caso penal contra ella, y se le quitó al creyente el reconocimiento de no irse.
Lyudmila nació en junio de 1976 en el pueblo de Aleksandrovka (Territorio de Krasnodar). Mi padre ya murió, mi madre es pensionista. Tiene una hermana y un hermano mayores. De niña aprendió a tocar el piano y le gustaba tejer macramé.
Después de graduarse de la Universidad Estatal de Oriol, Lyudmila recibió un título en maestra de escuela primaria con derecho a enseñar lengua y literatura rusas en la escuela secundaria. Como especialista al servicio de la protección social de la población, en su pueblo natal trabajó con pensionistas, discapacitados, huérfanos. En 2007 se mudó al pueblo de Pavlovskaya. Allí trabajó como yesero, ama de llaves y ahora es conserje en una escuela deportiva. Los empleados respetan a Lyudmila y el empleador aprecia su actitud concienzuda hacia el trabajo, lo que se confirma con las cartas de agradecimiento dirigidas a ella.
De niña, Lyudmila pensó en el sentido de la vida y en las causas del mal y la injusticia en el mundo. Estaba especialmente preocupada por la cuestión de lo que le sucede a una persona después de la muerte. A mediados de los años 90, Lyudmila se familiarizó con las enseñanzas bíblicas y recibió respuestas satisfactorias a sus preguntas. Como resultado, Lyudmila se embarcó en el camino cristiano y considera que es su deber compartir con los demás la información que la ayudó a sí misma.
Después de las violentas redadas del 29 de abril de 2020, la condición emocional y física de Lyudmila se deterioró significativamente, las enfermedades crónicas empeoraron debido al nerviosismo y tuvo que ir a los médicos. Los parientes ayudan a Lyudmila y se preocupan por ella. La más preocupada es la madre anciana, que ya no puede prescindir de la ayuda de su hija.
Los empleados de Lyudmila están conmocionados de que una mujer responsable y respetable que nunca ha sido condenada pueda ser clasificada de repente como criminal. Los colegas animan a Lyudmila asegurando: "¡Espera, todo estará bien, rezaremos por ti!".