Biografía
En agosto de 2020, se abrió una causa penal en Kazán contra un creyente pacífico, Konstantin Sannikov, en virtud de un artículo extremista solo por su fe. Dos días después, fue detenido y enviado a un centro de detención preventiva. En febrero de 2023, el tribunal condenó al creyente a 6,5 años en una colonia penal.
Konstantin nació en septiembre de 1970 en Kazán. De niño, se dedicó a la natación y luego se interesó por la esgrima. Le gustaba jugar al ajedrez.
Después de graduarse de la escuela, Konstantin ingresó a la facultad de medicina y luego al Instituto Médico Estatal de Kazán. Después de graduarse del instituto, fue contratado como patólogo en el Hospital Clínico Republicano de Niños. También trabajó como neuropsiquiatra en el dispensario de narcóticos de la ciudad. En 2003, fue contratado como médico y experto forense del departamento forense de la Oficina Republicana de Exámenes Médicos Forenses, donde trabajó hasta su arresto.
Por su alto desempeño en su trabajo, Konstantin fue galardonado con la insignia del Ministerio de Situaciones de Emergencia de Rusia, así como con un certificado de honor y gratitud del Ministerio de Salud de la República de Tatarstán.
En 1992, Konstantin se casó con Irina, con quien estudió en la universidad. Tuvieron cuatro hijos en el matrimonio. A la familia le encanta pasar tiempo juntos: cocinar, salir con amigos y hacer picnics.
Konstantin sabía que uno de los pasatiempos de su padre era leer la Biblia. Por eso, cuando tuvo la oportunidad de averiguar de qué trataba este libro, comenzó a estudiarlo con gusto. Después de algún tiempo, él y su esposa decidieron vivir de acuerdo con los principios cristianos.
El enjuiciamiento penal de Konstantin afectó tanto a su estado físico como emocional, así como a la condición de su esposa e hijos, que sufrieron estrés durante la búsqueda. Las enfermedades crónicas de Konstantin empeoraron. Pero a pesar de las dificultades, la familia trata de mantener una actitud positiva.
Los parientes de Konstantin, así como los compañeros de trabajo que no comparten sus puntos de vista religiosos, no entienden cómo este hombre pacífico puede ser condenado como un extremista solo porque reza y lee la Biblia.