Biografía
Uno de los testigos de Jehová más jóvenes perseguidos por su fe en Rusia, Yegor Baranov, pasó seis meses en prisión. Durante algún tiempo, el joven se vio privado del apoyo de familiares y amigos: no recibía visitas con su madre ni cartas de apoyo que le llegaban de diferentes países.
Yegor nació en marzo de 2001 en Transbaikalia, en la aldea urbana de Olovyannaya (región de Chita), en el seno de una familia numerosa. Tiene dos hermanos mayores. Su padre murió en el 2013.
Ya a los 4 años, Yegor leía poesía y cuentos, y un poco más tarde se enamoró de los libros sobre naturaleza y animales. Estaba interesado en los dinosaurios, soñaba con convertirse en arqueólogo.
Antes de la acusación penal, Yegor era un estudiante de 2º año en la Escuela Técnica Forestal de Vyazemsky que lleva el nombre de N. V. Usenko. Ahora los estudios del joven están en entredicho: existe la posibilidad de expulsión.
A finales de los años 90, la madre de Yegor se hizo testigo de Jehová, y dos años más tarde su madre se unió a ella. Desde la infancia, el niño se interesó por las preguntas espirituales: ¿eliminará Dios todo mal y, lo más importante, la muerte? Le conmovió especialmente la promesa bíblica de la resurrección de los muertos y la posibilidad de volver a ver a su padre en el futuro. Esto lo impulsó a convertirse al cristianismo.
En su tiempo libre, Yegor toca el sintetizador, quema leña, escribe poesía. Intenta dominar diferentes tipos de herramientas de construcción, ya que tiene que cuidar una casa particular y hacer reparaciones él mismo. Otro pasatiempo es cocinar.
Cuando Yegor terminó en la cárcel, su madre se quedó sola en una casa privada sin el apoyo de su hijo. El propio Yegor tiene problemas cardíacos, y aún no se sabe cómo afectará a su salud el estrés asociado a la persecución penal injustificada.
Los parientes que no comparten las convicciones religiosas de Yegor se sorprenden de que un joven tranquilo y afable que está dispuesto a echar una mano en cualquier momento pueda ser condenado por su fe.