La sentencia de Sona Olopova de Tolyatti entró en vigor después de una apelación: dos años de trabajos forzados por creer en Jehová Dios

El 3 de abril de 2024, el Tribunal Regional de Samara confirmó la condena de Sonya Olopova: 2 años de trabajo forzoso. El tribunal consideró que su participación en discusiones colectivas sobre la Biblia a través de un enlace de video era extremismo.

En su apelación, Sona señaló que el tribunal de primera instancia no consideraba la práctica religiosa ordinaria como un ejercicio del derecho a la libertad de religión de los testigos de Jehová, que el Tribunal Supremo de la Federación de Rusia no había prohibido. En cambio, en opinión del creyente, solo el hecho de profesar una religión era suficiente para que el tribunal dictara una sentencia. El tribunal no aclaró ni estableció ninguna otra circunstancia. Hablando con su última palabra ante la junta judicial, dijo: "Los materiales de mi caso penal no contienen un solo acto criminal, ni una sola declaración contra el Estado, contra personas de otras religiones, contra personas de otras nacionalidades".

La base de "pruebas" incluía un examen de otro caso penal, en el que ni siquiera se menciona a Olapova, así como el testimonio de un testigo secreto que afirmó que Sona estaba distribuyendo literatura prohibida pero que él mismo no la vio.

En la región de Samara, 10 testigos de Jehová ya han sido procesados por su fe, cinco de los cuales han sido condenados a penas de prisión de 7 a 8 años.