Sona Olopova
La primera frase para la fe en la región de Samara. Sona Olopova, de 36 años, de Tolyatti, fue condenada a dos años de trabajos forzados
Región de SamaraEl 25 de enero de 2024, la jueza Tatyana Begunova, del Tribunal del Distrito Central de Tolyatti, declaró a Sona Olopova culpable de extremismo debido a su religión y la condenó a 2 años de trabajos forzados. Cumplirá su condena en un centro correccional. El creyente considera que la sentencia es injusta.
"Las pruebas presentadas por la fiscalía no confirman mi culpabilidad en la comisión de un delito. Todos los argumentos se reducen al hecho de que . . . en la ciudad de Tolyatti, un pequeño grupo de personas que profesaban la religión de los testigos de Jehová celebraron servicios de adoración, que comenzaron con cantos y oraciones y tenían como objetivo discutir la Biblia", dijo Sona en la corte.
El fiscal del estado pidió 4 años de prisión y 8 meses de restricción de libertad para el creyente. Al mismo tiempo, según el creyente, el fiscal no pudo explicar qué delitos específicos se cometieron, dónde y cómo se cometió Olapova.
Sona se enfrentó a un proceso penal en mayo de 2023, cuando un investigador del Comité de Investigación abrió una causa penal contra ella por participar en las actividades de una organización extremista. Las fuerzas de seguridad registraron su domicilio, la interrogaron ella misma y la pusieron en libertad bajo palabra.
La creyente contó el apoyo que recibió de sus amigos: "Al salir del edificio del Comité Investigador, vi cómo mis amigos venían a recibirme y a abrazarme. Mucha gente estaba muy preocupada por mí, llorando. Tanto amor, atenciones y regalos, tarjetas, mensajes varios con la seguridad de mi amor y del Padre".
Durante el juicio, quedó claro que la fiscalía no tenía pruebas de la culpabilidad del creyente en el extremismo. Según la defensa del creyente, uno de los exámenes presentados por la fiscalía fue elaborado en el marco de otra causa penal, y se llegaron conclusiones en relación con terceros, por lo que este material no pudo ser anexado al caso. Los testigos de cargo interrogados en la audiencia, incluido un testigo secreto, confirmaron que no hubo llamamientos a la violencia ni al odio religioso en los servicios de adoración de los testigos de Jehová, y que las reuniones fueron exclusivamente pacíficas.
En este momento, en la región de Samara, además de Sona Olopova, otros 9 testigos de Jehová están defendiendo su derecho constitucional a la libertad de religión en los tribunales.